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sábado, 11 de febrero de 2012

REFLEXIÓN. PROYECTO #QUESEPEGUE


Estrés, insomnio, aburrimiento, desesperación, agobios, mal estar, pesadez, monotonía, cansancio, rutina, notas, apuntes, deberes, exámenes... Son palabras que nos acompañan, agarradas de la mano, día sí, día también. Son palabras hermanadas con los estudiantes. Palabras que se aglomeran, y cada vez más, en las mochilas, en los libros, en las cabezas de los alumnos. Se nos hace imposible poder definir un día estudiantil sin la utilización ineludible de esas “espantosas” palabras. En el momento que entramos en una clase y nos sentamos en nuestros respectivos pupitres, esas palabras se colocan al frente de nuestra conciencia y nos obligan a pensar nada más que en ellas. Se convierten en las reinas de nuestro pensamiento, su egocentrismo se impone a los otros pensamientos, a otras palabras como naturaleza, tranquilidad, ocio... Se apoderan de nuestro cerebro. ¿Existe algún remedio? ¿Podemos combatirlas con algún tipo de arma o medicamento? ¿Cómo hacer frente a esas palabras que se apoderan de nuestro motor pensativo? Hoy día existe un remedio. Un remedio que no es agresivo, ni dañino, ni tedioso... un remedio natural, jocoso y eficiente. Un remedio DEPORTIVO.
¿Qué darías por tener media hora de entretenimiento haciendo lo que te es agradable? Pues la respuesta es NADA. Sólo tienes que poner empeño, trabajo y esfuerzo para llevar a cabo aquello que quieres. Con esto se ha conseguido que el proyecto #quesepegue no sea un sueño, sino una realidad. Muchos piensan que este proyecto es solamente un acto deportivo con el fin de que la educación física sea más amena y más llevadera para todos. Pero este proyecto no tiene sólo esa finalidad. Bajo mi punto de vista, este proyecto tiene otro objetivo, el cual se esconde tras una gran cortina: dejar de lado, aunque solo por un momento, todo lo que nos agobia: los exámenes, los apuntes... haciendo lo que nos gusta. Gracias a este proyecto, yo personalmente, me estoy creyendo esto del periodismo y como yo, muchos otros.
Desde esta humilde reflexión doy las gracias a las personas que han hecho realidad este proyecto con su dedicación y empeño e invito a que este proyecto traspase fronteras y se oiga más allá de los límites del instituto, y ¿por qué no?, más allá de los límites geográficos de nuestro pueblo

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